Los días pasan y no me hacen daño. Quiero estar. Los años pasan. Nunca entenderé la naftalina. Pienso. Pensaba. Probablemente he dejado de inyectarme las nubes, el sol, las calles grises, los gatos muertos. No entiendo el olor a naftalina. Re-re-reinterpretaciones. ¿Qué hay de los segundos años 10?
Pero He makes me feel so young. Tan joven, tan chiquita. Tan quinceaños en euforia. Vuelvo los ojos a sus pasos. Le digo, maravíllame porque no entiendo estos años, porque he pasado tanto tiempo en mí que el mundo me es desconocido. Maravíllame con tu piel nueva con tus ojos y oídos impresionables. Y te busco, te busco todos los días porque eres medicina para esta apatíayblablablá. No importa tu novia o tus novias o novios o mascotas. Me importan tus ojos, tus manos, tu boca, el arco de tu oreja. Quiero atraparte con todos tus movimientos, con todo lo te gusta. Quiero una fotografía mental de tu cuerpo mientras baila. Exprimirte para beber la esencia de estos días que pasan sin que me dé cuenta.
Y buscar entre tus olores a naftalina y a libro viejo algo que me complazca. EntenderTe, llegar a la médula de tus espasmos y tus límites suaves. Es que los días son mejores cuando no estás muy lejos. You are the door of my new sensations. And days come with a false freedom, in your hands... in your earphones when i kiss you on the cheek. When the greeting becomes the only way to smell your teen spirit.
No hay comentarios:
Publicar un comentario