¿Por qué no vienes un poco a mi constelación?
Por qué no te llenas con las pocas esperanzas que chispean a mi alrededor
Como esa energía de César que dejé para ti
Por qué no te acercas a las pocas horas de existencia
que persisto vivir
Por qué te vuelves lejano, piedra fruncida, ojos cerrados
Como un perro ciego que sigue ladrando ante el desconocido
Abre tus ojos
Y mírame
Cobremos las deudas que el mundo nos retiene
abraza estas pocas horas de agonía que te ofrezco
como muestra de respeto a tu estrecho corazón
y a la inmensidad de dudas que se alojan en tu pelo
Déjame recibir todas tus respuestas
Aunque siempre sea la misma
Déjame que llene de mis miradas ese vacío que envuelve tu tórax
Déjame poder ser el muro en el que apoyas tus rabias
Y ese horizonte en el que sueles querer morir
Déjame solo un poco, volverme la piel que te ata a la vida
Para sentir como sientes
Para ser las arrugas en tu cara, como reloj que avisa
que se nos acaba el tiempo
Déjame agotarte la respiración con mi última existencia
O hasta que el juicio de Saturno decida la división de nuestros destinos
Tu a la vida y yo a tu inexorable ausencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario