.

.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Explosión hacia el abismo


Esta no es una pintoresca y huachafa pascualina.
Ha ha. Escribir la verdad como dejar islas testando.


Puedo pensar, escribir, llorar, reír, sacudirme la poca paciencia que tengo pero no consigo llegar al mar. Ninguna avenida me lleva, ninguna calle. Todo parece hastiarme, enrojecerme de rabia y exploto silenciosamente entre toda esta gente feliz y preocupada. La felicidad inerte, la preocupación necia se inyectan en mis lagrimales. Ya en mi casa reparo mis muebles huecos con penas, me arrullo en el confort de saberme una llama incandescente de odio. Mi casa parece un laberinto pequeño y fácil. Yo me entretengo viendo las horas deslizarse sobre el lomo de mi gato y convertirse en atardeceres. El espíritu de mi casa está infectado con aroma a hoja seca, con soledad insípida o quizá son varias soledades descompaginadas de alguna biblia loca tirada bajo un macetero. Mi casa es una especie de tumba inútil, dónde mi carne parece quedarse de a pocos en las losetas. Pero no solo mi carne, mi casa siempre se queda con las carnes de  los forasteros. Es una especie de matadero humano en dónde caen bellas despreocupaciones que quizás buscan revolverse de hastío, de aparente rebeldía. No, aquí en mi casa no hay confort de brillos. Aquí no hay odio glamoroso. Aquí nos sumergimos hasta la sien en el veneno de la desesperación. Algún día saldré de esta casa, porque la eternidad es una mentira que conozco terriblemente bien.

Esther azulosa
¿Has venido a mostrarme acaso un poquito de tu pena?

Las mierdas sin control matan la coherencia de mis neuronas
La naturaleza me ha hecho cagar mierda
comer mierda en las mañanas

en la perfecta contemplación de un noticiero
Respiro mierda y duermo 

con estrellas de rock muertas
con desesperaciones cotidianas
con un feto en mi cabeza

otra vez,  en mi cabeza

05 de Abril
¡Esther! ¡Dónde se ha escondido tu voz!
Esther, Esther, tu nombre de amante
Esther

tus manos arrastrándose en el sueño
de una noche que no nace
Esther, hada de vida, cómplice de dios
tú palpitas en la ternura de la Suerte
Tu boca coagulada 
se angustia por los hedores de mi ira
Yo, solo quiero compartir un poco de desenfreno
de mi teoría de la locura callejera
Tú pareces insertarme en la nada
en una nada sustanciosa
Esther, misterio de todas mis existencias
con tu nombre de amante
con las noches que no has visto
y que se agitan en tu voz
alivia
sutura

las yagas de mis días

2 comentarios:

  1. te odio por escribir tan marítimamente azul y espectralmente limpia.

    ResponderEliminar
  2. Que se le puede hacer a un conejo con 2 patas?


    talvez .....nose una carretilla animal de vahidos y desventajas intrepidas....que simplemente tumultan en el suzurro ...TAN LINDO EL E INCOGNITO COMO AMANTE DEL DESIERTO EN BUSCA DE UN MORDISCO DE METAL


    FUERTE .....TAN FUERTE


    QUE ME RESFRESCA CON SU LOCURA

    ResponderEliminar